- ¡ Le odio ! - grito la joven noble.
Su doncella se encontraba a los pies del comodo asiento donde la Dama Yuriko se encontraba repostada. - Pero mi señora si aún ni le conoceis -
- Da igual, le odio... - la mirada de la joven buscaba de manera frenética algo contra lo que enfocar su ira con tan mala suerta para un pobre cojín que resulto ser su objetivo para recibir golpes y estrujones. -... le odio he dicho. Me da igual no conocerle aún pero la boda arruinara mi vida tal y como la conozco. Tal vez esta pasadas vacaciones en Yedo hayan sido la últimas Sizuno ¿que será de mi?-
El tono drámatico de su señora le cargaba un poco pero lo cierto era que Yuriko-sama siempre había sido un poco teatrera. Cierto era que nadie se esperaba que se hubiera instaurado su compromiso con un joven de Osaka y también era cierto que no había nada mas que política en este compromiso, como en el ochenta por cierto de los compromisos entre casas nobles.
- Mi señora, no se puede hacer nada. He oido que aunque de raices humildes vuestro prometido es un joven prometedor... -
- Joven prometedor que acabara su carrera en cuanto se case conmigo - Todos sabían que la familia del conyuge menos privilegiada se veía sometida en cierta manera al vasallaje de la familia mejor posicionada. - Te juro Sizuno que rezare por su pronta muerte ¡Ojala estalle la guerra! -
- Eso ni nombrarlo Yuriko-sama. Basta de esta estúpida rabieta... eres una Noble y la guerra nunca es buena para vuestra casta - se apresuro a interrumpir la doncella de manera vehemente esperan hacer entrar en razón a su señora - Os guste o no vaís a casaros y si deseais rezar todos los días por la muerte de vuestro esposo alla vos pero no oseis deshonrar el nombre de vuestra familia -
Por un momento reino en silencio mientras Yuriko miraba a su sirvienta a los ojos con expresión sería y de pronto prorrumpieron en risas la dos - Ah! Sizuno-chan ¿que haría yo sin vos?... como siempre haré lo que me plazca pero me gusta compartir mis secretos contigo -
La criada río con su señora y ambas acabaron exahustas de tanta charla pero esa noche Yuriko lloró en su lecho por su forzado compromiso y Sizuno se pregunto que locuras estaría dispuesta a hacer su señora.
miércoles, 15 de julio de 2009
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