martes, 29 de mayo de 2007

Yuichiro, Piedra en el Sendero

Hace mucho tiempo mi hermano me dijo que algunas personas estaban destinadas a hacer cosas grandes, otros sin embargo estabamos destinados a morir si pena ni gloria. Para Kukichiro este precepto era muy importante hasta el punto de que se propuso sacrificar su vida en pos de las personas que realmente valían la pena…su familia, sus amigos, su clan,… todo quedo de lado en la búsqueda de lo que el llamaba “héroes”.

Él tenía una lista, un montón de nombres sacados de viejos pergaminos y antiguas profecías, deducidos de extrañas adivinanzas y extrapolados de difíciles enigmas. Supuestamente eran… son, los elegidos para hacer algo grande por Rokugan. Yo nunca le creí siempre le culpe de abandonar su clan y sus deberes para con el Cangrejo, hasta el día de su muerte en el que me di cuenta de cuanto le quería, de cuanto le necesitaba.

Kukichiro había sido capaz de seguir su sueño enfrentarse a su destino, aunque el no lo sabía era una de esas personas destinadas a hacer cosas grandes… pero ella, esa duelista, segó su vida con la misma facilidad con la que una espada rasga un panel de arroz. ¿Por qué? ¿Por qué se dejo matar?…

Todo estuvo mucho mas claro cuando vi su nombre en la lista, Doji Hotarubi, se supone que es una de esas personas especiales y mi hermano, Kukichiro, se dejo matar para que ella cumpliera su destino… ¿quién soy yo para menospreciar el sacrificio de mi hermano? No, haré que se sienta orgulloso de mi, conseguiré que sus “héroes” hagan lo que sea que tengan que hacer aunque tenga que tragarme mis ansias de retribución, aunque para ello deba dar mi misma vida.

Ahora, delante de ella, mientras me mira con sus fríos ojos azules no es tan fácil mantener la katana en su vaina, no es tan fácil evitar la furia asesina pero por Kukichiro lo haré.

  • Isawa Nyogen
  • Bayushi Aiko
  • Togashi Akinari
  • Doji Hotarubi
  • Hoshi Tenzen
  • Bayushi Toshiro

Cuando esta farsa termine será el momento de saldar viejas rencillas. Doji Hotarubi, su nombre grabado en fuego en mi mente, su nombre grabado en sangre sobre el frío suelo.

viernes, 11 de mayo de 2007

La Máscara sobre el Filo



El aire abrasaba sus pulmones, lla lluvia y el sudor empañaban su visión. El maquillaje de su rostro, desvanecido hace ya horas, tan solo dejaba regueros de color por su frente y mejillas. Nuevamente había fallado... y esta vez no sería su voluntad la que se rindiese sino su cuerpo.

Hacía ya un día y medio que su cuerpo actuaba de manera mecánica. Sus piernas corrían haciendo caso al coraje de un hombre que lucha por aquello que más ama. Un amor prohibido que nunca podría dar su fruto, un amor que le costaría la vida… “esta bien” penso Manobu “que me cueste la vida, pero que no cueste la de ella” se repetía a si mismo una y otra vez.

Ahora su extenuado ser yacía tendido en el barro, bajo la lluvia. No sabía si llevaba así segundos o tal vez minutos y una vez mas abrió los ojos, no ser sorprendió al ver que sus piernas no reaccionaban, se limito a estirar sus brazos y arrastrarse por el lodazal “un poco mas” se decía “ella depende de mi” justificaba su acto de imposible generosidad. Después de todo, aun si fracasaba, estaría mejor muerto que deshonrándola a ella así enterraría su pasión bajo el silencio sepulcral de los fallecidos.

Cuando ya casi se había rendido, cuando sus ojos estaban nuevamente cerrados, una suave luz llamo su atención y un delicado aroma a incienso inundó su olfato. Al pie de la carretera, a su lado, había una vieja y maltrecha escalinata tallada en piedra que ascendía hasta un pequeño y antiguo templo en cuyo interior podía vislumbrarse una tenue luz. Escalón a escalón ignoraba el dolor, cada tramo que avanzaba lo hacía pensando en salvarla… consiguió coronar la gran montaña, consiguió llegar al ruinoso templo. Era circular, pequeño, cuatro columnas rodeaban un viejo incensario del que brotaba olor a cerezo que circundaba tranquilamente por la estancia, entre la sombra y la piedra le pareció ver la silueta de una mujer moviéndose tras uno de los pilares que le impidio verla claramente, solo llego a atisbar su precioso quimono blanco decorando levemente con motivos rojizos de hojas otoñales.

-¿Qué estarías dispuesto hacer por amor, Manobu?- La voz era suave pero a la vez inquietante, había algo no humano en esa mujer.

El escorpión era incapaz de pronunciar palabra, estaba demasiado extenuado –No es necesario que hables Manobu-san, yo me encargo de ver lo que sientes… de ver si eres sincero- había un tinte de malicia en su tono, al joven Yogo le recordaba a un niño jugando con un insecto… había curiosidad pero también crueldad.

-Todo tiene un precio en esta vida Manobu-san y tu vas a aprenderlo. Tal vez no hoy, tal vez tu amor salve a esa persona que tanto te importa pero llegará un día en el que tendrás que traicionarla y ese día desearas con todas tus fuerzas que hubiese muerto porque sin duda hubiera sido un destino mas agradable y menos doloroso para ambos- esquirlas de cristal parecían perforar los cansados pulmones del escorpión cuando trato de hablar –No te molestes Manobu-san… ya te he dicho que no es necesario que hables. Por amor hacemos locuras mas allá de toda comprensión. Por amor hacemos daño a las personas que queremos aun sin saberlo.-

La mujer guardo silencio mientras Manobu trataba de entender esas palabras. Antes de que pudiera reaccionar una figura femenina surgió de detrás del pilar, su belleza inalcanzable, su elegancia inigualable,… fue lo último que vió antes de caer inconsciente. Lo último que oyó…

-Deseo concedido.-

Planeta Hulk

Sus máquinas y sus heroes no los salvarán

- Hulk, La Cicatriz Verde -

viernes, 4 de mayo de 2007

OOC

No quiero que este se vuelva un blog sobre reflexiones sentimentales o personales del autor pero me encuentro en un periodo de mi vida turbulento cuando menos. Siento que me han fallado, de diversos modos y maneras, pero lo peor de todo es que se que no puedo culpar a nadie al 100%

Se que mañana me arrepentire de haber escrito esta entrada pero hoy quiero hacerlo y siempre he luchado por lo que he querido.

He estado pensado y me he dado cuenta que es en nuestro peores momentos, cuando todo va mal en algun ámbito, cuando somos capaces de demostrar lo mejor y lo peor de nosotros mismos. Mucha gente cree regirse por un código de conducta o de moralidad firme y original... pero nada de esto vale si no eres capaz de actuar de la manera correcta en los momentos mas críticos.

Solo dejo una pequeña joya para que reflexioneis sobre vuestros actos, sin animo de juzgar, sin animo de ofender... solo para dar que pensar:

Cuando todo va realmente mal algunas personas caen sin luchar y otras... otras luchan aun caidos ¿de que lado estas tú?