lunes, 10 de septiembre de 2007

Tela de Tristeza

Hace mucho, mucho tiempo… una joven doncella fue prometida a un noble y talentoso samurai. Ella, de condición humilde, no tuvo voz ni voto en el compromiso, no le quería y había oído hablar de la cruel actitud de su futuro marido ante la gente falsa y débil.

pobre de mí que sin apenas haber vivido ya me hallo enjaulada presa de mi propia sangre”

No podía enfrentarse a su futura boda puesto que su pobre familia necesitaba el dinero para poder seguir viviendo con el estatus que una casa noble ha de ejemplificar. Así pues siendo hija de samurai acepto su deber con orgullo y dignidad… al menos de cara a la sociedad que esperaba eso de su persona.

En su interior se volvió triste y fría, no era capaz de mirar a la cara a su marido puesto que lo único que sentía era repulsión. Él era de carácter sobrio y sí, su actitud era un tanto cruel y ruda pero su amor hacía ella era sincero y nunca le exigió nada pese que ella siempre se mostraba complaciente a todas sus demandas.

De cara al pueblo en el que vivía ella era una esposa modelo incluso su marido no podía reprocharle nada, nada salvo su falta de afecto.

Pasaron los años y el alma de la noble dama se lleno de frustración, rabia, ira,… pero mantuvo su fachada y cada día que pasaba sus sentimientos era mas tempestuosos por dentro y su carácter era mas estoico en la superficie.

Lo único que era capa de aliviarla de su “cautiverio” era hilar y tejer ropa, cosas que hacía día y noche mientras se repetía

Si mis sentimientos pudieran influir en la ropa que entretejo de manera que mi marido al ponérsela estuviera ligado a un fatal destino agradecería a los Kami su bondad para con esta su presa sierva”.

No sabía cuan escuchadas serían sus plegarias, ni se imaginaba que una de sus prendas serviría de mortaja para el cadáver del hombre que fue su marido. En una terrible batalla él perdió la vida y ella… ella se volvió loca. Todo el mal que se hallaba en su interior había dado forma al destino de su pareja. Ella supo desde el primer instante que había sido ella la asesina y el pañuelo ensangrentado, que encontraron en el lugar de la herida, su arma.

El pañuelo con el que fueron desposados y enlazados en la ceremonia, el único bien que había aportado como dote, hilado por ella misma… el pañuelo que sin que ella supiese había llevado su marido en todo momento… el hombre que la amaba… el hombre al que ella amaba.

Maldita por siempre, por su error, por su amargura… se dice que esa bella mujer se convirtió en un espíritu Kumo cuyos descendientes habitan hoy en el bosque shinomen, unas pequeñas arañas que lo único que hacen día y noche es entretejer como si fuera un castigo eterno. La más fina tela de araña que jamas haya existido, la más resistente nunca vista… parte indispensable de la tela conocida como “seda de tristeza”. ¿Te arriesgarías a portarla sabiendo lo que significa?

5 comentarios:

Javier Santamaría dijo...

Y la "maldición" pareció cumplirse...

Si alguien requiere una explicación todo llegara a su tiempo

Thanos_Malkav dijo...

Sin duda alguna, esa tela está maldita, porque todo el que la usa termina muriendo :(

Hoshi Tenzen (llorando a los amigos caídos)

Acuática dijo...

No pasa nada, me quedaba muy bien... verdad Manobu?
Hotarubi, los que te quieren te recuerdan

Unknown dijo...

Uhm... Yo creo que requiero una explicación más profunda... aunque puedo intuír que pasa :)

Jose Manuel Peña dijo...

¡Oh! Cruel destino y casualidades azarosas que azotan cruelmente nuestras vidas.
Desgracia la mia, un regalo con tanto amor entregado, se vuelve oscuro y acaba arrebatándome de las manos al ser que más quería.
Perdoname hermana, donde quiera que estes, el dolor me acompañará siempre en un mundo vacío sin ti.