jueves, 18 de junio de 2009

El festival

El festival de Osaka era la envidia de muchos otros. Los fuegos artificiales, los puestos, la gente... todo estaba cuidado hasta el mas minimo detalle. Miles de personas se agluitaban en las calles con ánimo festivo.
Entre la multitud un joven samurai se abría paso para salir a las orillas del, en estos momentos, solitario río Yodo. Su tradicional corte de pelo y su porte hacía ver su clase y educación y sus ropas oscuras y su armadura grisacea le delataban como uno de los hombres de seguridad de la capital.
Detrás de él, entre el gentío, otro joven samurai vestido de igual manera corría velozmente para darle alcance.
- Yusuke!!! - la imprudencia del muchacho mientras corría le hizo chocar contra joven dama.
- La culpa ha sido mía, sumimasen - dijo inmediatamente acompañado de una pronunciada reverenceia y deteniendo su carrera en seco.
- No se preocupe la culpa ha sido enteramente mía pues no miraba por donde caminaba - respondió ella con el protocolo adecuado y bajando timidamente su rostro.
El muchacho aprovecho para erguirse y ahora pudo percartarse de la belleza de la noble dama.
- Lo siento, de verdad. Espero poder compesarte... - en ese instante se dío cuenta de que su compañero seguía avanzando hacia la orilla del río - ... en otro momento, Sayonara - se despidio atropelladamente y corrió en pos de su amigo sin percartarse de que la joven doncella, pasado su asombro, le dedicaba un timido y silencioso - ... Sayonara -
Las noches eran consideradas mágicas y los arboles, con cientos de plegarias atadas a sus ramas, hacían sonar la melodía del viento entre sus hojas mientras las linternas situadas en pequeños botes sobre el río Yodo iluminaban las orillas con un tono rojizo, casi sobrenatural.
- Yu-chan, ¿has visto que chica tan guapa? - dijo el samurai deteniendose junto a su interlocutor y recuperando el aliento perdido durante su carrera.
Yusuke se detuvo y miro a su compañero como si lo viera por primera vez y en un tono serio, incluso algo siniestro, respondió - Nagatora-san, Te dije que quería estar solo -
- Vamos Yu-chan, tu siempre tan formal. Somos como hermanos recuerdad "Yu y Naga, Naga y Yu" si hasta nos preparamos juntos para la pruebas de acceso a la unidad de Ranmaru-sama. En serio, ¿que te pasa? - Nagatora era un samurai de la mis edad que Yusuke, 17 años, pero era de complexión mas fuerte y su habilidad con la katana era sin duda mayor. A los 16 ambos habían entrado a las ordenes del Daimio regional, Satoshi, y hace apenas unos meses habían accedido a la unidad de Ranmaru, jefe de la seguridad del barrio comercial del Osaka.
Con un gesto de resignación la apariencia tranquila y serena de Yusuke se vino abajo y se mostro mucho mas próximo a su amigo - Sumimasen Naga, lo cierto es que el saber mi compromiso acordado con Dama Yuriko me ha dejado algo tocado - la mirada del joven samuria mostraba confusión y tristeza
Capitulo 1

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