martes, 24 de abril de 2007

Isawa Nyogen e Isawa Io, Agua y Tierra nacidos de Vacio

Isawa Nyogen


Cuando era pequeño los espiritus de la naturaleza estaban en contacto con él siempre. Por supuesto, no se daba cuenta pues aun era un niño y lo único que hacía era sentir lo que le rodeaba como quien aprende poco a poco a andar. Mas adelante aprendió a hablar con las fortunas que habitaban en el interior de cada elemento. Las aguas de los ríos le susurraban al oído mientras sentía el húmedo elemento penetrar en cada capa de su ser.

Ahora, siete años después, se hallaba en sintonía con el líquido elemento. Era adepto del agua y un poderoso shugenja a las ordenes de Isawa Uona, Maestra del agua. Cierto es que su visión subjetiva de las cosas le había apartado de una posible vida normal pero a él no le importaba pues hacía lo que todo samurai debe hacer… aceptar su destino, amoldarse a él.

En estos momentos se encontraba arrodillado sobre un tatami de hermosa manufactura, plumas naranjas le decoraban cada ciertos tramos. El olor a incienso inundaba sus pensamientos mientras esperaba a su señora. A su derecha una hermosa shugenja, de su misma familia pero adepta de la tierra, esperaba pacientemente, naturalmente él era mas impulsivo como el elemento que estudiaba ya estaba impaciente por moverse y avanzar pero… ¿hacia donde?. A su izquierda un Asako, un monje cuidador de Gisei Toshi, su rapada cabeza y su serio semblante le daban un aspecto siniestro.

Cuando la situación empezaba a parecer incomoda las puertas de la sala se abrieron de par en par y para sorpresa de todos una figura imponente entro en la sala, Shiba Ujimitsu, señor del Clan Fénix. Antes de que la sorpresa pudiera pasar sin pena ni gloria tras él entro Shiba Tsukune una de las mas honorables y gloriosas samurai del Fénix. Ninguno de los dos eran lo que esperaban pues habían sido convocados por el concilio elemental no por el señor de su clan.

-Sé lo que os estáis preguntando… si, os ha convocado el concilio y yo que poseo el alma de Shiba hablo en su nombre – esas fueron las sencillas palabras del señor del clan Fénix y esas eran las complejas implicaciones que todos sopesaban ahora mismo. – Nuestro Clan tiene un problema, El imperio necesita de nuestra ayuda y si fracasamos lo más probable es que ninguno de nosotros viva para contarlo – Tsukune permanecía impasible con la mirada baja como quien escucha una historia a la que no quiere dar crédito.

Nyogen no dudo en contestar con su característica energía – Dispones de mi vida mi Daimyo, ordena y obedeceremos.- Los demás mantuvieron un siniestro y tenso silencio hasta que Tsukune rompió la rara atmosfera que se estaba generando.

-Antes de empezar a disponer de la vida de la gente deberemos solventar un pequeño problema de “ratas”- la extraña frase dejo a todos perplejos, a todos menos a uno. De un salto el Asako se puso en pie y escupió las siguiente palabras que pronuncio con si fueran sangre brotando de una herida.

-¿Así que me habéis descubierto?. Pues yo, Asako Fumiaki, acabare con vosotros ahora- tales palabras como siseo de serpiente erizaron la piel de Nyogen mientras el Monje se levantaba sacaba un cuchillo de su manga y con rápido corte en su muñeca dejaba caer la sangre de la vida sobre el suelo. Palabras ininteligibles de un dialecto oscuro salían de su boca mientras trazaba con sus brazos símbolos de dolor y pánico en el aire. Antes de que nadie pudiera reaccionar un terrible alud de energía oscura surgida de las mismas entrañas del infierno golpeo con fuerza el pecho del campeón del Fénix mientras Shiba Tsukune desenvainaba su espada.

En un solo movimiento Nyogen y la otra Isawa que estaban en la sala se pusieron en pie e invocaron la furia de osano-wo a la par sobre el corrupto portavoz de la sangre que se había inmiscuido en su clan. Una estruendosa descarga de electricidad golpeo al impío traidor carbonizándolo hasta la medula.

Mientras Ujimitsu se levantaba recuperándose del ataque de Fumiaki pudo comprobar con satisfacción el poder de los shugenjas a los que iba a encomendar la misión. – Hay mas serpientes vestidas de honorables samurais en el reino. Nuestros profetas han predecido lo que será una relevante misión para el destino de Rokugan. Tal vez no lo parezca pero no es nuestro deber discutir la decisión de los Kami así pues tu, Isawa Nyogen, y tu, Isawa Io, seréis los encargados de descubrir quien es el traidor o traidores que acechan en el seno de la futura alianza entre el Cangrejo y el Unicornio. Recordad que no es nuestro deber interferir en los asunto de los clanes solo destruir la oscuridad allí donde se halle. Ahora acompañadme y os daré los detalles de la misión.-

Los dos shugenjas se miraron atónitos por un momento dudaron pero inmediatamente se inclinaron ante su Daimyo y le siguieron.

To Be Continued

6 comentarios:

Thanos_Malkav dijo...

Genial!

Como de costumbre, me dejas con ganas de más ;)

Hoshi Tenzen

Unknown dijo...

Si me siguen gustando tanto voy a acabar imprimiéndome las historias y encuadernándolas ;)

Lo siento por los demás jugadres, pero los Isawa son los que más molan (se nota que yo llevaba un Isawa? :p)

Más por favor!

Wazon

Javier Santamaría dijo...

Muchas gracias, de verdad...

No se cuanto tardare en volver a echar partida pero prometo seguir publicando alguna historia de vez en cuando...

Además hemos tenido dos intensas partidas de las que al menos tendre que narrar dos momentos;)

Un saludo

MA dijo...

Me ha encantado!!!
Espero ansioso la continuación =)
Tenía en mente hacer una especie de diario con las partidas, ahora que voy a tener tiempo, y creo q les voy a añadir estas fantásticas historias (siempre con tu permiso, querido máster) XD
Nyogen

Javier Santamaría dijo...

Por supuesto Nyogen-san

Hago este blog por y para vosotros... mis jugadores. Queria que descubrierais, al menos parte, de la magia de rokugan que tan hondo ha calado en mi persona.

Soy como un relaciones públicas de discoteca pero con dados xD

Un saludo

Thanos_Malkav dijo...

"Soy como un relaciones públicas de discoteca pero con dados"

jajaja!! simplemente increible ;)
Aunque si lo pienso, yo también me he sentido asi en muchas ocasiones...

Me dejas ponérmela de nick Sato-san?

Un abrazo!